miércoles, 19 de septiembre de 2012

HISTORIA DE LA CHAMPETA

Champeta
Historia
.Sin tenerse una fecha exacta, los investigadores socioculturales y los sociólogos han determinado que desde antes de los años veinte se le ha llamado champetudo a los habitantes de barrios alejados del centro de Cartagena, asociados a los estratos más pobres y de características afro descendientes. Este apelativo fue puesto por la élite económica en un intento de menospreciar a esta cultura sobreviviente. Este nombre, ambiguamente aceptado y trasformado, se originó por la relación de la mencionada población con la machetilla "champeta", y se le asociaba a elementos de vulgaridad, pobreza y negritud. De esta forma es una cultura con un pasado históricamente marcada por la esclavitud y el maltrato, enfocada en los barrios más antiguos ubicados en la Isla Caimán, actualmente llamada Olaya y el barrio Pozón.
En los inicios de los años 70 este proceso cultural, que hasta ese momento incluía sus entornos, su modo de hablar, su modo de ser y sus fiestas; se hace más visible en Colombia por el desarrollo de una serie de bailes complejos con bases rítmicas procedentes de géneros como la salsa y el jíbaro, en el que luego incursiono también el reggae. Esta música se ponía a todo volumen en grandes altavoces, llamados por su población picós basándose en el extranjerismo pick up; fenómeno cultural en la música que desde los años 60 emergía en toda América latina. Estos primeros bailes, por su condición relajante y desentendida de los problemas económicos del país, fueron llamados terapia. Pero solo hacia 1981 nace por primera vez la música cantada e interpretada: la terapia criolla, construida por primera vez por personajes cartageneros afro descendientes y palanqueros de San Basilio, donde luego incursionaron cantautores y mercados de Barranquilla, Santa Marta y en otros lugares del país.
Esta nueva música acogió como principal medio de difusión los altoparlantes "picó" anteriormente utilizados para salsa, jíbara y reggae; en su mayoría se dedicaron exclusivamente a la difusión de este nuevo género musical, que ahora era inspirado como resultado de discos traídos a los puertos de Cartagena de origen africano, así como colonias euroafricanas. Luego, el género musical mismo pasó de llamarse terapia criolla a terapia colombiana y por último adoptó su nombre asociado con la cultura identitaria champeta.[2]
Teniendo en cuenta las diferentes travesías que hacían personas relacionadas con este nuevo género en Cartagena de Indias a países de las Antillas y a Francia para la adquisición de nuevos discos que llamaban "champeta africana" que inspiraban el fenómeno musical en Colombia.

Aspectos culturales y Hecho social
La concepción clásica de la champetería o champetudismo —champetuísmo en criollo español posee cuatro aspectos importantes: la expresión musical, su jerga distintiva, los Picos y los perros —fiestas y verbenas—. Hay quienes dan la misma importancia a otros aspectos, como el baile, el activismo político, el diseño de la ropa, el aspecto audiovisual de sus videos, y el resto de elementos culturales. Recientemente esta cultura de hecho social se ha apropiado de aspectos artísticos diferenciales al género musical mismo, como son los manifiestos en el cine, la literatura y en las artes plásticas.
En la conferencia Champeta: la Verdad del Cuento, el investigador Enrique Luis Muñoz hace notar, como en los ambientes salseros de Cartagena, ya se empleaba la expresión champetúo fuera del contexto culinario para designar a la persona problemática y de modales rústicos, esto es, como sinónimo de feo y “coralibe” o “corralón”. «Revisar el nombre de los picos más famosos es reencontrarse, revisitar, el predominio de la salsa desde y en el mundo de la caseta o verbena: El Conde, El Timbalero, El Sibanicú, El pijuán, El Ché, El Fidel o El Rojo —por el disco Rojo de Ray Barretto— son evidencias como desde la música y del ritmo, los costeños se reconocen no solamente como partes del Caribe hispano, nombrado desde la latinoamericanidad, sino desde ese Gran Caribe plurilingüe, más incluyente con respecto a la herencia de mamá África..
Música Champeta o Terapia Criolla
Es un ritmo contemporáneo que nació hace 32 años en la ciudad de Cartagena de Indias (Colombia) con una gran influencia de palenque San Basilio y que a través de los encuentros de Música del Caribe de los años 80 que se realizaban en Cartagena se extendió luego a nivel nacional e influyo recíprocamente en géneros internacionales similares como el Raggamuffin y otros. El género Terapia nació como una adaptación de ritmos africanos (soukous, highlife, mbquanga, juju) con vibraciones antillanas (rap-raggareggae, compás haitiano, zouk, soca y calipso) e influencias de la música descendiente de lo indígena y afrocolombiana (bullerengue, mapalé, zambapalo y chalupa). Esta fusión de ritmos configuró una nueva cultura musical urbana en el contexto caribeño, que se consolidó en las barriadas cartageneras a mediados de los años ochenta. Luego en los años 90 sufrió una serie de cambios tanto en sus contenidos, como en su música, acompañado de fenómenos digitales, placas (intervenciones arrítmicas) y siendo tanto amada como rechazada por los sectores élites del país, generando así un género bastante diferenciado de sus orígenes que lo inspiraron.
En sus inicios se difundió a través de los potentes equipos de sonido denominados picos (pick-up) que suenan en las verbenas o casetas. Se caracteriza porque la base rítmica prevalece sobre las líneas melódicas y armónicas, convirtiéndola en una expresión musical bailable en la que predominan una fuerza y una plasticidad desbordantes. Los instrumentos empleados en la ejecución de este alegre y contagioso ritmo son la voz, la batería, las guitarras eléctricas, el bajo, las congas y el sintetizador, que añade efectos rítmicos.
Este género musical tiene, como sus elementos únicos, una división temporal de tres aceleraciones, la música inicial, el coro y un tercer elemento llamado el Despeluque, que es propio de ritmos fuertes y repetitivos acompañado por lo general de placas (intervenciones digitales)
Con un lenguaje popular y lleno de inventivas los champeteros cantan sus vivencias. Las letras, sobrepuestas a pistas africanas o con música original, evidencian la actitud contestataria de los sectores afrocartageneros discriminados, que arremeten contra la exclusión social y económica o cuentan sus sueños de cambio y progreso.




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